Escuchar música a un ritmo constante me ayudó a salir concentrado desde el primer momento de la carrera, sin dejarme llevar por el ritmo de los demás corredores. Ese es un error que cometen muchas personas al inicio de las carreras, ya que el ritmo de otros corredores más experimentados pueden incitarte a intentar ir a su ritmo. Lo importante es llevar el ritmo planificado y dejar que los demás te adelanten sin tener por ello el más mínimo remordimiento, o de lo contrario, gastaremos excesivas energías necesarias para los últimos kilómetros.
Durante los dos primeros tercios de la carrera, fui al ritmo que me marcaba la música, intentando realizar la zancada lo más amplia posible. En las zonas con pendientes (que las había y bastantes) fue toda una ventaja, ya que pude seguir subiendo con la misma cadencia pero con menor zancada, perdiendo así el menor tiempo posible.
Los últimos tres kilómetros dedicí imponer un ritmo algo mayor, ya que me encontraba con fuerzas para afrontar el tramo final a conciencia. En esos últimos kilómetros, mi cadencia fue algo superior al ritmo de la música, cercana a los 170 pasos por minuto. La música, sin embargo, no fue una distracción en absoluto. Al contrario, me sirvió también como referencia, ya que lo que intentaba en todo momento era estar a una cadencia superior a la que me marcaba la música. Así que me lo tomé como un reto. Un reto que salió bien, ya que hice los últimos kilómetros a un ritmo de carrera superior a los kilómetros anteriores.
Y vosotros, ¿habéis utilizado este tipo de sesiones de música en vuestras carreras alguna vez?
Enhorabuena, para mi esto es un tiempazo, llevo corriendo año y medio y empecé mi primer 10K haciendo 1:16. Ya le bajé 10 minutos y algo y espero que en un tiempo baje por fin de una hora :P
ResponderEliminarGracias!
EliminarLa verdad que fue mejor de lo esperado. En breve publicaré algunos planes de entrenamiento que estoy probando para bajar el tiempo en el 10k.
Ánimo con tus entrenamientos!